La fase clasificatoria para el evento había transcurrido sin grandes sobresaltos. Todos los grandes favoritos obtuvieron su billete para acudir a la cita. Inglaterra fue el que más se complicó su camino. Su grupo estuvo comandado por una intratable Suecia que cerró todos sus partidos con victoria a excepción del jugado en Wembley en donde arrancarían un valiosísimo empate. Por ello los de las islas acudieron a una repesca traicionera contra un equipo escocés que presentaba poco talento individual pero mucha energía. Los de la rosa derraron el partido de ida con una clara victoria a domicilio por 0-2 (Scholes-2-) y se dejaban los sustos para otra ocasión. Pero cuando nadie contaba con Escocia, en el minuto 38, Hutchinson hace pone en ventaja a los vecinos y cunde el pánico en las gradas. Al final, pidiendo la hora y por la puerta de atrás Inglaterra se mete en la fase final dejando más dudas que alegrías.Llegado el torneo, y como era de esperar, los ingleses forman parte de un grupo mortal de necesidad acompañados por Alemania, Portugal y Rumanía.
El grupo B deja a una Italia en plan campeona, ganando sus tres partidos y liderando un grupo en el que Suecia, pese a su brillante fase de clasificación, termina última sin conseguir obtener ni un solo triunfo y dejando la segunda plaza en juego en la última jornada en un duelo fraticida que los turcos resuelven por la vía rápida frete a uno de los anfitriones: Bélgica. Dos goles del ariete otomano Hakan Sukur clasifican a los suyos para cuartos. Mientras Italia da muestras de su amplio bagaje ofensivo marcando en esta fase 6 goles todos ellos anotados por distintos jugadores. Siendo conocida su eficaz faceta defensiva, si continuaban con su diverso arsenal ofensivo podrían ser imparables.
En el grupo C la favorita España se complica su pase con una sonrojante derrota en el primer partido frente a Noruega. Recuperaba un poco de crédito en el segundo dando cuenta de Eslovenia. Yugoslavia arrancaba una victoria ante los nórdicos y junto al empate obtenido en la primera jornada dejaba un grupo abierto a cualquier posibilidad clasificatoria. A la última jornada se llega con los cuatro equipos con opciones de clasificarse. A Noruega le vale una victoria para obtener billete pero es incapaz de pasar del empate frente a Eslovenia. Con cuatro puntos se queda a la espera de que España no gane. Y estabán relamiéndose los del salmón cuando en le minuto 90 España caía 3-2 con Yugoslavia. Pero un un descuento no apto para cardíacos Mendieta y Alfonso daban con sus dos goles el pase de ambos equipos. Quedando Noruega con la miel en los labios y los ojos como platos.
a cuenta de Turquía con dos goles de Nuno Gomes, Italia se deshace sin esfuerzos de la sorpresiva Rumanía con dos latigazos de Totti e Inzaghi y Holanda golea sin piedad por 6-1 a una paupérrima Yugoslavia, que hace el ridículo en el campo. Un hat trick de Patrick Kluivert convierte a los orange en claros aspirantes al título, tras haber liderado su grupo derrotando a Francia. Los galos se enfrentan en el choque más atractivo a una España dispuesta a aliarse con la fortuna. Con el mejor partido y el mejor árbitro, Pierluigi Collina, la tensión es abismal. Zidane tira de galones y adelanta a los suyos con un tiro libre magistral. Mendieta igual para España de pena máxima. Francia vuelve a golpear a el veterano Djorkaeff pone en ventaja a los franceses. Con España volcada al ataque llegan ocasiones para ambos y el duelo se convierte en un correcalles. Llegando al final Collina pita un penalty a favor de los españoles. Como el destino es cruel, el mejor español ese día, Raúl, lo manda a las nubes. Francia está en semis.
Cuando ambos equipos esperan el pitido final el escocés Dallas concede un claro penalty a los galos. Con toda la presión de un país a su espalda la pelota la abraza el mejor, Zidane, que sin rubor y como el que juega en la calle sin nadie que le vea coloca la pelota en la escuadra de un abatido Vitor Baía. No había tiempo para venganzas, los lusos se desconsuelan ante la oportunidad perdida. 
Mientras los aficionados aguardan el empate galo los expertos miran de reojo en espera de la sentencia italiana. Pero en el último minuto Wiltord da el empate a Francia y la razón a los aficionados. Se hacía justicia. El golpe no mella la moral de su rival pero les concede a los galos 30 minutos de esperanza y a los italianos otros tantos de paciencia. No contaban estos con que los grandes jugadores siempre esperan a las grandes ocasiones. Y en éstas aparece un barbilampiño delantero de origen argentino, David Trezeguet, y con un auténtico golazo de a los suyos el título consiguiendo, al igual que Bierhoff cuatro años antes, definir la final con un gol de oro. 


En el C, denominado el grupo de la muerte, pronto perdería sus opciones la intermitente Rusia que tiraba de sus clásicos como Igor Dobrovolski o Kanchelskis . En la segunda jornada del grupo salta la sorpresa y una República Checa que no contaba para nadie consigue batir a la favorita Italia. Mientras Alemania camina firme con dos victorias holgadas que le dan el pase a cuartos se juega una última jornada de infarto. La incapacidad goleadora de Italia le condena al empate frente a los germanos, dando así la sorpesa una joven Chequia, que en un partido vibrante arranca un empate en el último minuto ante Rusia y logra meterse en la siguiente ronda.

Pasado el tiempo es importante comentar la decisión de lanzar los penaltys. Aun no es posible comprender como el lanzador inglés para el sexto penal es un defensa tan conocido por su garra como por su escasa calidad. Teniendo en cuenta que el sexto es un punto clave en una tanda de penaltys parece incomprensible darle la responsabilidad a un jugador mediocre como éste. La respuesta alemana fue mucho más inteligente, una de sus figuras se reservaría por si llegado el momento hace falta. El resultado creo que resulta obvio.



Dinamarca sale al campo a jugar una final que no esperaba. Enfrente Alemania cerraba filas y se deja seducir por los cantos de sirena que hablaban de una noche sencilla, una victoria aplastante y un nuevo título en las vitrinas.


En el centro de la defensa formaban Basile Boli, autor del gol del triunfo y un tal Marcel Desailly. Éste último tuvo en exitoso paso por el AC. Milán consiguiendo alzar la Copa de Europa de la mano de Fabio Capello frente al todopoderoso "Dream Team" entrenado por Cruyff que era el FC.Barcelona. De aquella final en la que Desailly juagando en la media se comió él solito al centro del campo del Barça, es de recordar el análisis hecho por el entrenador italiano a la conclusión del choque que sus pupilos infringieron un durísimo 4-0 iniciando el fin de la época gloriosa del club español. "Mientras el Barcelona se hacía fotos y promociones, nosotros preparábamos la final" . Fabio Capello dixit.


